viernes, 26 de febrero de 2010

El Soñador

-Me rindo

Fueron las últimas palabras que aquél soñador pronunció en este mundo. Siguiendo sus sueños, en un sueño se perdió. En estos días se le puede ver vagar por las calles sujeto a la caridad de las personas.

A veces lo observo, él nunca nota la presencia de los demás, y su mirada se pierde en el horizonte. Si los zombies vivieran (sí existen, pero no viven), serían como este individuo que sólo alcanzó a escuchar que "toda la vida es sueño" sin lograr entender que "los sueños, sueños son".

Fue así que como un niño de Hamelín siguió la música de la poesía y entre sus rimas se perdió. Esa mujer entró en su canción y se llevó la armonía, un rechazo, el primer desmoramiento de sus sueños, fue suficiente para derrotarlo.

Cuando entre mis remembranzas vienen a mí sus últimas palabras, comienzo a temblar. Ojalá que nunca se rompa nuestra línea entre sueño y realidad.

jueves, 25 de febrero de 2010

Whisper of the Hearth

Siempre he creido que a la publicidad de la UDEM le sobran tres palabras.

La aventura de vivir debe ser para los que no se conforman, cualquier minoración es indigna, cualquier tibieza es triste. Más que para trabajar, vivimos para luchar.

Difícil cosa es luchar con perseverancia, sobre todo cuando no se sabe para qué. Sin embargo, existe algo todavía más complicado que esto: el cómo. Cualquiera puede tener un objetivo y, si sale del corazón, debe valer la pena, pero los deseos sólo provocan un vacío si no se consegue lo deseado.

El problema de cómo conseguir nuestro objetivos es la clave del éxito, cualquiera puede querer ser maestro, no cuaquiera puede ser un buen maestro y no cualqueira tiene los medios para ser un maestro.

Los sueños sin medios adecuados tienden a fracasar. He ahí lo difícil. Para descubrir lo que nos apasiona es necesario escuchar al corazón, el problema es que, al igual que Dios, el corazón sólo sabe susurrar.

Mientras tanto, mientras no alcanzemos a escuchar, sólo nos queda luchar...




"Nuestra vida es tan alta, tan alta, que para tocarla casi hay que morir, para luego vivir"
-Silvio Rodríguez-

viernes, 12 de febrero de 2010

¿Para qué escribir?


Difícil cosa es escribir sin la llegada de una musa,
más difícil es escribir tras su partida.

En su búsqueda, escribiré,
para mí y toda mi generación,
para encontrarme y encontrarla.

Escribir por necesidad...