martes, 27 de abril de 2010

Crónicas del Elegido

El olor de la pólvora de la pistola recien disparada que mató a su amigo le hizo recordar aquellas noches de navidad cuando su familia se juntaba a tronar cohetes.

-¡Esperate!
-No, esperate tú, ¡dime dónde está el elegido!
-¿Pero es que no entienes?, TÚ eres el elegido, siempre lo has sido.

Pudo ver como el arma caía al suelo mientras que su rostro pasaba de enojo a incredulidad. Esos instantes bastaron para que le pudiera sorprender y, cogiendo el hacha que hace unos momentos había utilizado para destrozar su habitación, le corto la cabeza.

En medio del baño de sangre que brotaba del cuello recien cortado, y con una risa burlona y discreta, dijo: "Iluso, como si fuera posible que tú seas el elegido"

El niño

Había una vez un niño que carecía por completo de originalidad. Al no encontrarse en si mismo, se empezó a buscar en los demás. Fue así como inició su hábito de imitar a las personas.

Con el paso del tiempo se volvió muy hábil en su actividad predilecta, y su fama comenzó a correr por todos lados. El niño podía llegar a imitar tanto a un vago alcoholico, hasta el punto de oler como él, como también podía hacerse pasar por una señorita de la alta sociedad que se dedica a romper corazones y está destinada a terminar casada sin amor.

Sin embargo, un día el niño vió a una gata dar a luz a cuatro gatitos, uno de ellos blanco y los demás negros. Por más que lo intentó, el niño nunca pudo reproducir tal hazaña y triste, pero decidido, dejó las imitaciones a un lado para comenzar a ser un niño de verdad.