martes, 27 de abril de 2010

Crónicas del Elegido

El olor de la pólvora de la pistola recien disparada que mató a su amigo le hizo recordar aquellas noches de navidad cuando su familia se juntaba a tronar cohetes.

-¡Esperate!
-No, esperate tú, ¡dime dónde está el elegido!
-¿Pero es que no entienes?, TÚ eres el elegido, siempre lo has sido.

Pudo ver como el arma caía al suelo mientras que su rostro pasaba de enojo a incredulidad. Esos instantes bastaron para que le pudiera sorprender y, cogiendo el hacha que hace unos momentos había utilizado para destrozar su habitación, le corto la cabeza.

En medio del baño de sangre que brotaba del cuello recien cortado, y con una risa burlona y discreta, dijo: "Iluso, como si fuera posible que tú seas el elegido"

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